Las fachadas no solamente influyen en la estética de un edificio, sino que también suponen un elemento de protección para nuestras casas frente a las diversas condiciones climatológicas. Pensemos que se trata de la parte más expuesta al frío, la lluvia y el calor, por lo que los materiales utilizados para la fabricación de la misma, van a definir el grado de aislamiento de nuestro hogar.
De ahí que sea importante conocer cuáles son los tipos de fachada más habituales de los edificios, las cuales veremos a continuación. De esta forma dispondremos del conocimiento necesario sobre sus características a la hora de adquirir una vivienda.
6 tipos de fachadas que tienes que conocer
En base a los materiales empleados y a otra serie de características, podemos encontrar estos 6 tipos de fachadas en los proyectos inmobiliarios.
Fachada ligera
Las fachadas ligeras se caracterizan, como su propio nombre indica, por ser muy livianas, lo que a su vez hace que resulten sencillas de instalar. La cuestión es que estas fachadas no forman parte en sí misma de la estructura de soporte del edificio o la casa, de ahí que puedan elaborarse con materiales que pesan mucho menos.
Entre sus grandes ventajas, está el hecho de que son mucho más económicas que otros tipos, aunque el aislamiento no es tan bueno y podemos encontrar varios tipos dentro de esta categoría:
- Panel: como su propio nombre indica, es aquella fachada que se cubre con un sistema de paneles que lo que hacen es encajar entre sí. Dichas placas o paneles no se pueden doblar ni curvar, además de tener un proceso de instalación sumamente sencillo.
- Muro-cortina. Por otro lado, tenemos una fachada que también se forma a partir de paneles que pueden estar elaborados con distintos materiales como el aluminio, el plástico o la madera. A la hora de colocar dichos paneles, estos se montan sobre un soporte que es el que se coloca en la fachada en sí, por lo que queda una pequeña distancia entre ésta y los paneles.
Fachadas pesadas
En el otro lado de la balanza, tenemos las fachadas pesadas que son el modelo más habitual que nos podemos encontrar en la mayor parte de los edificios. Diríamos que son aquellas que utilizan materiales tan habituales como el ladrillo, la madera o incluso la piedra.
Hablamos, en este caso, de fachadas que tienen un papel fundamental dentro de la estabilidad del edificio y, dependiendo del material, dispondrán de unas características u otras. Vamos a ver las principales.
- Ladrillo: son las que podemos ver de forma más común en los edificios de España. Esto se debe a su gran resistencia y al hecho de que apenas requieren mantenimiento en comparación con alguno de los otros materiales que veremos en este listado. Por otro lado, el ladrillo es un buen aislante y tiene una excelente relación calidad-precio.
- Madera: es una material que suele asociarse con aquellas casas que están ubicadas en zonas de campo, ya que les da un aspecto más rústico. Podemos emplear distintos tipos de madera para la fachada y, dependiendo de cuál elijamos, el precio final de la misma será una u otro. No obstante, en líneas generales podemos decir que conllevan una inversión más alta y además nos encontramos más limitados a la hora de elegir opciones, puesto que no todas las maderas se adaptan igual de bien a cualquier condición climatológica.
- Piedra: finalmente, no debemos dejar de nombrar las fachadas de piedra, que suelen utilizarse en aquellas viviendas de más alto standing. La gran ventaja de este tipo es que tienen unas fantásticas propiedades aislantes y son muy resistentes, pero requieren un gran mantenimiento y una inversión inicial elevada.
Fachadas transventiladas
En tercer lugar, tenemos unas fachadas que a nivel estético son muy similares a las ligeras de muro-cortina, las fachadas transventiladas. La gran diferencia entre unas y otras, es que las segundas sí que influyen directamente sobre la estabilidad del edificio porque los montantes se unen a los muros de carga. Esto implica, también, un peso mucho mayor.
Este tipo de fachadas suelen ejecutarse con materiales como la cerámica y la piedra, por lo que ofrecen un gran aislamiento térmico y acústico, aunque a nivel económico son bastante costosas.
Fachadas prefabricadas
Las fachadas prefabricadas de hormigón y madera están adquiriendo cada vez mayor popularidad porque suponen una alternativa bastante interesante. Esta tipología se construye en un taller mediante el ensamblaje de piezas y, posteriormente, es trasladada al edificio, al cual se une con una serie de enganches.
Esto hace que el montaje sea sumamente sencillo, abaratando así los costes de las mismas.
Fachadas SATE
A nivel de aislamiento, las fachadas SATE (Sistema de Aislamiento Térmico Exterior) son la mejor opción. Se construyen con placas de materiales aislantes para luego fijarlas mecánicamente a las paredes de la fachada y, finalmente, protegerlas con mortero. Todo esto hace que tengan un aislamiento perfecto que contribuye a mejorar la eficiencia energética del edificio.
Además, para mejorar su estética, a la fachada se le aplica un revestimiento de diseño elegante en los que se suele utilizar el grafito, la lana mineral o el poliestireno. Algo que repercute en el precio, el cual suele ser algo elevado.
Fachadas ventiladas
Finalmente, tenemos las fachadas ventiladas, que son aquellas que se componen de una doble pared. En la primera podemos encontrar el material aislante de la misma y, la segunda, lo que hace es proteger a esa primera capa de la climatología adversa.
En este caso, como el agua nunca llega a tocar la capa de aislamiento, la eficiencia energética de la vivienda también es muy elevada. Pero tienen como desventaja el precio y que el proceso de montaje es bastante más complejo.
Conclusiones
Como has podido observar, existen muchos tipos de fachada distintos y, la elección de una u otra, puede afectar a cuestiones tan relevantes a día de hoy como el gasto energético de una casa. Por eso es esencial que, a la hora de plantearte adquirir una vivienda, seas consciente de esta y otras cuestiones de vital importancia para tu futuro.
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